Los curas en Opción por los Pobres Jorge Marengo y Roberto Ferrari celebraron misa en la vía pública, delante del ingreso a la planta proveedora de gases industriales Linde Praxair, que los trabajadores no pueden atravesar, a pesar de la conciliación obligatoria dictada por el ministerio de Trabajo provincial. La reflexión del padre Marengo Concluida la misa, el padre Marengo, responsable de la parroquia de Nuestra Señora de Carupá, en la zona del Talar, que fue allí invitado por amigos comunes. "A partir de ahí, fui hilando. A Jesucristo lo perseguía el poder de entonces por predicar que todos éramos hijos de Dios y, en consecuencia, hermanos. Si todos somos hermanos, todos somos iguales y todos tenemos los mismos derechos. Tanto el derecho a trabajar como el derecho a organizarnos como trabajadores, que en Argentina data de mediados del siglo pasado, gracias al peronismo", explicó el sacerdote. Contexto del conflicto laboral "Tenía conocimiento del conflicto por los medios y por alguna persona del barrio, por eso cuando me pidieron que fuera a dar misa acepté de inmediato", señaló el cura. Y sostuvo: "El evangelio de hoy era sobre la vez que Cristo anunció su pasión". La voz de los despedidos En paralelo, y mientras se ultimaban los preparativos para servir la comida, uno de los despedidos, Maximiliano Arecco, recién llegado de una audiencia en la delegación local del ministerio, hizo un resumen de la situación, que parece trabada por la posición inflexible de los directivos de la multinacional. "Esta pelea no es una burbuja sino que es parte de la crisis generalizada que trajo este gobierno, que trae desempleo, pobreza y hambre a todo el pueblo trabajador", dijo el dirigente a este medio. Despididos y persecución antisindical El conflicto, que lleva ya casi dos meses, comenzó cuando la planta, aduciendo problemas económicos que nunca se verificaron, envió una decena de telegramas de despido, quirúrgicamente dirigidos, a militantes y delegados sindicales, actuales y pasados, ya que en esa comisión interna rige un sistema rotativo. Un acto de solidaridad Para los trabajadores que pujan por recuperar sus puestos, se trata de un clarísimo acto de persecución antisindical, doblemente amparado tanto por la ley de bases vigente como por el clima de época. A la persecución se suma ahora la posición abierta de rebeldía. La empresa prefiere pagar las multas diarias que le impone el Gobierno provincial antes que cumplir la medida. La situación de la empresa Tal como contó este medio, en diciembre del año pasado hubo diez despidos. Desde la cartera que conduce Walter Correa explicaron que "en ningún momento hubo presentaciones de la empresa que manifestaran dificultades económicas o situaciones de crisis, como así tampoco se registran antecedentes de incumplimientos o faltas por parte de los trabajadores". La misa como acto de unidad La explicación de los funcionarios es coincidente con el análisis de los propios despedidos, conocidos tanto por sus compañeros como por la dirigencia de la empresa por su prolongada militancia sindical. Convocatoria de la misa En este contexto, la misa convocó a alrededor de tres centenares de personas, entre vecinos del barrio que se acercaron a solidarizarse, trabajadores, familiares y militantes populares de la zona norte. Estuvieron, entre otros, el diputado nacional Hugo Yasky en representación de la CTA, representantes de las 62 organizaciones peronistas, el dirigente del movimiento Evita Federico Ugo y el camporista Francisco “Pan